En el partido de ayer contra Honduras, la selección se acercó en diversas ocasiones al arco rival sin reflejar en el marcador el dominio que ejercía sobre los Catrachos que llegaron al Azteca con la única misión de rescatar un solo punto. En momentos del encuentro era desesperante ver cómo el Tricolor llegaba al área albiazul con facilidad, pero sin el tino deseado para terminar las jugadas en las redes. Sabah fallaba, a Guardado le faltaban ideas, y Giovanni pasaba desapercibido durante todo el juego. En el segundo tiempo, con el equipo Hondureño completamente cerrado, era dificil abrir espacios y al equipo mexicano se le acababan las ideas de penetrar con certeza y abrir el marcador.
Tenía que venir una jugada personal de Giovanni para que con el simple contacto en su espalda aflojara el cuerpo y cayera en el área para que el árbitro decretara la pena máxima. Desde que Cuauhtémoc tomó la pelota todos los mexicanos sabíamos que ibamos a festejar un gol en los segundos siguientes, ya que el Temo rar vez falla los tiros desde los 11 pasos. El arquero catracho estuvo cerca de atajarlo, sin embargo, la potencia que llevaba el esférico hizo imposible detener el envío a pesar de la estirada.
México tiene que mejorar esta actuación y el 10 de octubre ante El Salvador parece la oportunidad perfecta para ganar, ahora sí, por una diferencia mayor a un gol, situación que no se ha dado hasta el momento. Bien por México, estos puntos se tenían que sacar a como diera lugar, aunque fuera con autogol, gol de rebotito, o en este caso, vía penal.
¡Estamos muy cerca!
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